Encuentros y reencuentros


Es preciso señalar que hay lecturas de los libros que nos marcan para siempre. Esos relatos: novelas o cuentos sobre los volvemos según pasan los años y sorprendentemente o no tanto se nos presentan en las relecturas de modo diferente.

El devenir de la vida genera en nosotros otras miradas sobre las circunstancias y avatares de los personajes de la ficción que volvemos a abordar.

No es lo mismo acercarse a Jack London y El llamado de la selva, traducido a veces como El llamado de lo salvaje en la adolescencia que a los treinta años o pasados los sesenta.

Buck, el perro guía del trineo es un antihéroe que nos interpela desde su rebeldía contra la violencia que padece él y sus semejantes caninos.

Recordamos de modo fidedigno nuestro acercamiento liminar a la novela de Roberto Arlt El juguete rabioso (1926) y luego a Los siete locos y Los lanzallamas.

Se abrió para nosotros un universo infinito y en expansión al decir de Heisemberg.

La lectura de La náusea de Jean Paul Sartre y de El extranjero de Albert Camus sacudió nuestra existencia tanto como cuando nos acercamos en 1979 a Dios y el Estado de Mijail Bakunin y al Manifiesto Comunista de Karl Marx y Friederich Engels.

Bakunin, con su prosa flamígera e iconoclasta fue un catalítico que combinado con el Manifiesto y su llamado urgente a la lucha colectiva contra el capitalismo potenciaron nuestro salto de la reflexión metafísica a la militancia orgánica y en simultáneo en el Centro de Estudios Sociales Rafael Barrett, la Unión Socialista Libertaria de Rosario (U.S.L.) y en el clandestino Centro de Estudiantes de la Facultad de Ciencia Política de la Universidad Nacional de Rosario (U.N.R.).

Como decía el poeta y militante Roberto Jorge Santoro, detenido/desaparecido en los años de plomo de la dictadura cívico-militar- eclesial- empresarial en estas líneas estamos haciendo un streaking emocional. Si nos dudamos en exhibir sin autocensura ni pedanteria una porción de nuestra vida.

Fuimos aprendiendo lo que consideramos una buena manera de combinar las enseñanzas de la "universidad de la calle", los debates sobre las cuestiones sociales, la experiencia laboral y del estudio autoconstruyéndonos en la interacción con personas muy diversas en ideología y carácter.

Además las películas de Federico Fellini, Mario Monicelli, Igmar Bergman, Pilar Miró, Leonardo Favio, Aristarain, Sergio Renán, Leopoldo Torre Nilsson, libros de Enrique Medina como Las Tumbas, Las muecas del miedo, las novelas, cuentos y la poesía de Antonio Machado, Miguel Hernández y Mario Benedetti nos aportaron mayor conciencia sobre la fragilidad y vulnerabilidad de la condición humana.

Y aquí estamos como escribió José Agustín Goytisolo sin quedarnos al borde del camino porque al decir del poeta "la vida nos llama como aullido interminable, interminable".

Carlos A. Solero

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