Por siempre mía
por Mary Higgins Clark
(Debolsillo, Buenos Aires, 2020, 336 páginas)
El libro comienza con la misteriosa desaparición de una mujer joven en un crucero de placer. Hay un interesante reportaje radial en el cual Susan Chandler –la protagonista de la novela, que es la conductora del programa- le hace preguntas al doctor Donald Richards, autor del libro Mujeres desaparecidas, que comenta: “Como sabe, es asombroso la cantidad de gente que camino de su casa decide hacer un cambio de sentido y empezar una vida nueva, emprender otra existencia.” Además de periodista radiofónica la citada Susan es psicóloga.
Higgins Clark, reconocida por crear atmósferas de intriga, logra su propósito con variados recursos, uno de ellos es presentar capítulos cortos, en cada uno de los cuales van apareciendo nuevos personajes, cuya vestimenta y fisonomía describe con lujo de detalles. Además, recurre a un estilo directo muy bien escrito.
Pese a no pretender Higgins un texto profundo, sino una buena novela policial, se deslizan pensamientos bellos y muy humanos: “Toda vida está regida por una corriente (…). Cuando me pongo triste, ver el río me recuerda que no siempre puedo controlar todos los acontecimientos de mi propia vida.” O frases hermosas: “ (…) con unos ojos como esquirlas afiladas de turquesa que se clavaban en lo más hondo de su ser.”
Como suele ocurrir en no pocas novelas del género, la resolución del enigma puede ser discutible.
Notable la traducción de Silvia Komet.
Mary Higgins Clark (Nueva York 24/12/1927/Florida, 3l/l/2020) es una escritora de numerosas novelas de misterio, que han tenido gran éxito de ventas. Recibió numerosos galardones, entre ellos en 2000 obtuvo en Francia la distinción de Chevalier des Arts et des Lettres. En ese país también fue acreedora al Gran Premio de Literatura Policial (1980) y el Premio del Festival de Cine Literario de Deauville (1999).
Germán Cáceres
(Debolsillo, Buenos Aires, 2020, 336 páginas)
El libro comienza con la misteriosa desaparición de una mujer joven en un crucero de placer. Hay un interesante reportaje radial en el cual Susan Chandler –la protagonista de la novela, que es la conductora del programa- le hace preguntas al doctor Donald Richards, autor del libro Mujeres desaparecidas, que comenta: “Como sabe, es asombroso la cantidad de gente que camino de su casa decide hacer un cambio de sentido y empezar una vida nueva, emprender otra existencia.” Además de periodista radiofónica la citada Susan es psicóloga.
Higgins Clark, reconocida por crear atmósferas de intriga, logra su propósito con variados recursos, uno de ellos es presentar capítulos cortos, en cada uno de los cuales van apareciendo nuevos personajes, cuya vestimenta y fisonomía describe con lujo de detalles. Además, recurre a un estilo directo muy bien escrito.
Pese a no pretender Higgins un texto profundo, sino una buena novela policial, se deslizan pensamientos bellos y muy humanos: “Toda vida está regida por una corriente (…). Cuando me pongo triste, ver el río me recuerda que no siempre puedo controlar todos los acontecimientos de mi propia vida.” O frases hermosas: “ (…) con unos ojos como esquirlas afiladas de turquesa que se clavaban en lo más hondo de su ser.”
Como suele ocurrir en no pocas novelas del género, la resolución del enigma puede ser discutible.
Notable la traducción de Silvia Komet.
Mary Higgins Clark (Nueva York 24/12/1927/Florida, 3l/l/2020) es una escritora de numerosas novelas de misterio, que han tenido gran éxito de ventas. Recibió numerosos galardones, entre ellos en 2000 obtuvo en Francia la distinción de Chevalier des Arts et des Lettres. En ese país también fue acreedora al Gran Premio de Literatura Policial (1980) y el Premio del Festival de Cine Literario de Deauville (1999).
Germán Cáceres
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