Maigret duda
(Anagrama y Acantilado, Barcelona, 2021, 168 páginas)
Toda la novela está impregnada por la frase del abogado Parendon, que se pregunta “¿Responsable, el hombre? ¿Irresponsable?” , citando el artículo 64 del Código Penal que fue tratado en varios Concilios desde la Edad Media: “No cabe hablar de crimen ni delito cuando el acusado se hallaba en estado de demencia en el momento de la acción, o cuando le impelía una fuerza a la que fue incapaz de resistir.” De allí que al descubrir el comisario de policía Jules Maigret quién fue el asesino, vacila en calificarlo de culpable.
Esa duda atormenta al célebre comisario durante los dos días que recorre la lujosa mansión del nombrado abogado interrogando a todas las personas que viven o trabajan allí. dado que había recibido un dudoso anónimo que le advertía la posibilidad de que en ese lugar se cometiera un crimen.
En esos interrogatorios Simenon demuestra su notable oficio de escritor porque los diálogos y las réplicas son notables y cubren con brillo literario la mínima acción narrativa que tiene la novela. Su prosa es directa, sin rebuscamientos, pero de tal perfección que facilita su lectura haciéndola fluir libremente. Ayuda a este nivel de calidad, la virtuosa traducción de Caridad Martínez.
Algunos recursos empleados por el autor no son nada originales y fueron muy habituales antes de que varios creadores (entre ellos Chandler, Hammet y MacDonald) le hicieran cambiar el rumbo al género. Así, Maigret duda se desarrolla en un lugar cerrado donde cualquiera de los presentes puede ser el asesino. Otro recurso es el misterio puro: ¿por qué tuvo que producirse ese asesinato?
Se afirma que Georges Simenon (Lieja, Bélgica, 1903 / Lausana, Suiza, 1989) escribió ciento noventa y una novelas (algunos le adjudican varias más) y ha creado un personaje mítico, el comisario Maigret, mundialmente famoso por su pipa.
Germán Cáceres
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