La banda de Athens está trabajando en su décimo quinto album de estudio en Nueva Orleans, donde ya grabó partes de su recordado "Automatic for the people" y "Monster".
R.E.M. acaba de finalizar la primera parte de lo que será su 15º disco en Nueva Orleans, junto al productor Jacknife Lee, quien señaló que el álbum tendrá un proceso similar al que tuvo su antecesor, "Accelerate" (2008).
Recordemos que en esa ciudad la banda había grabado partes de uno de sus más recordados álbumes, "Automatic for the people" (1992), y "Monster" (1994). Durante las nuevas sesiones Michael Stipe grabó algunos pequeños videos que pueden verse en www.youtube.com/remhq.
"Eran cinco personas en un cuarto jugando sin mirar hacia atrás, ya que no era la intención. Se trataba de contar hasta cuatro y tocar una canción. Y en eso, hay una fiereza... Son una gran banda", señaló Lee, quien trabajara en la producción de "Accelerate" y el doble "Live at the Olympia" (2009), además de colaborar con U2, Weezer, Regina Spektor y Bloc Party.
Ahora R.E.M. se tomó un descanso por las fiestas y continuará las grabaciones el año próximo. Por el momento, no hay información oficial acerca del nombre del álbum ni de la fecha de salida, aunque seguramente será en el transcurso de 2010. Paciencia.
R.E.M. acaba de finalizar la primera parte de lo que será su 15º disco en Nueva Orleans, junto al productor Jacknife Lee, quien señaló que el álbum tendrá un proceso similar al que tuvo su antecesor, "Accelerate" (2008).
Recordemos que en esa ciudad la banda había grabado partes de uno de sus más recordados álbumes, "Automatic for the people" (1992), y "Monster" (1994). Durante las nuevas sesiones Michael Stipe grabó algunos pequeños videos que pueden verse en www.youtube.com/remhq.
"Eran cinco personas en un cuarto jugando sin mirar hacia atrás, ya que no era la intención. Se trataba de contar hasta cuatro y tocar una canción. Y en eso, hay una fiereza... Son una gran banda", señaló Lee, quien trabajara en la producción de "Accelerate" y el doble "Live at the Olympia" (2009), además de colaborar con U2, Weezer, Regina Spektor y Bloc Party.
Ahora R.E.M. se tomó un descanso por las fiestas y continuará las grabaciones el año próximo. Por el momento, no hay información oficial acerca del nombre del álbum ni de la fecha de salida, aunque seguramente será en el transcurso de 2010. Paciencia.
Este año tomé la rara decisión de anotar qué libros iba leyendo. Aunque había visto hace varios años en un blog un posteo similar, no hice mi "memoria y balance" con la idea de publicarla, sino como una cuestión meramente de reseña, o estadística quizás. Lo cierto es que llegado fin de año, teniendo la listita en un txt... hacerla pública era un paso. Y acá está.
Enero
- Heavier than heaven. Biografía de Kurt Cobain, de Charles R. Cross.
- Un hombre afortunado, de John Berger.
Febrero
- La invención de Morel, de Adolfo Bioy Casares.
- Todo está hecho de Espejos. Cuentos casi completos, de Guillermo Cabrera Infante.
Marzo
- Sobredosis, de Alberto Fuguet.
- Tinta roja, de Alberto Fuguet.
Abril
- El Aleph, de Jorge Luis Borges.
- La aventura de un fotógrafo en La Plata, de Adolfo Bioy Casares.
Mayo
- King, una historia de la calle, de John Berger (inc.)
- La ninfa incostante, de Guillermo Cabrera Infante.
Junio
- ¡Que viva la música!, de Andrés Caicedo.
Julio
Agosto
Septiembre
Noviembre
Diciembre
- La presa, de Kenzaburo Oé
- Kraftwerk: man, machine and music, de Pascal Bussy
En algún mes del año comencé y abandoné por una cuestión volumétrica Suttree, de Cormac McCarthy. En algún momento espero retomarlo.
Enero
- Heavier than heaven. Biografía de Kurt Cobain, de Charles R. Cross.
- Un hombre afortunado, de John Berger.
Febrero
- La invención de Morel, de Adolfo Bioy Casares.
- Todo está hecho de Espejos. Cuentos casi completos, de Guillermo Cabrera Infante.
Marzo
- Sobredosis, de Alberto Fuguet.
- Tinta roja, de Alberto Fuguet.
Abril
- El Aleph, de Jorge Luis Borges.
- La aventura de un fotógrafo en La Plata, de Adolfo Bioy Casares.
Mayo
- King, una historia de la calle, de John Berger (inc.)
- La ninfa incostante, de Guillermo Cabrera Infante.
Junio
- ¡Que viva la música!, de Andrés Caicedo.
Julio
- Por favor, rebobinar, de Alberto Fuguet
- La fotografía en blanco y negro, de John Garret
Agosto
- Tres rosas amarillas, Raymond Carver
- Montevideanos, de Mario Benedetti
- Nuevo cine finlandés, AA.VV.
Septiembre
- El guardaespaldas, de Nelson Marra
- Vista del amanecer desde el trópico, de Guillermo Cabrera Infante
Octubre
- Los traidores y otros cuentos, de Eduardo Sacheri
- La pregunta de sus ojos, de Eduardo Sacheri
Noviembre
- El fútbol a sol y sombra, de Eduardo Galeano
- Cineclub, de David Gilmour
Diciembre
- La presa, de Kenzaburo Oé
- Kraftwerk: man, machine and music, de Pascal Bussy
En algún mes del año comencé y abandoné por una cuestión volumétrica Suttree, de Cormac McCarthy. En algún momento espero retomarlo.
Termina el año y una muy buena noticia se ha dado a correr como rumor: el grupo alemán Kraftwerk planea publicar en 2010 su primer álbum de estudio desde "Tour de France Soundtracks", de 2003.
Los padres de la música electrónica
A fines de los '60 Ralf Hütter y Florian Schneider, que se habían conocido en la Academia de Arte de Remscheid, forman el dúo Organisation, con el que grabaron "Tone Float" (1970). Sin éxito, su trabajo derivó el la formación de otro grupo, Kraftwerk (planta de energía), que editó el 1971 su primer disco homónimo.
En 1974 editaron el disco "Autobahn", que definió el rumbo del grupo, les dio un impulso considerable y marcó un precedente para toda la música electrónica. Fue, además, su primer Disco de Oro. Ahí surgió una serie de discos exitosos que dismuniyó su marcha a mediados de los '80. Sin embargo, las giras y presentaciones continuaron y el cuarteto sigue dando cátedra.
Es muy bonita y recomendable su web, http://www.kraftwerk.com/
Trabajando con el hermetismo de siempre, en su base de operaciones de Düsseldorf, Kling Klang Studios, Kraftwerk parece estar preparando un nuevo disco para 2010, que se grabaría en el invierno europeo e incluiría por supuesto nuevo tour de presentación.
Aunque se ha mantenido activa con giras alrededor del mundo (de hecho en marzo de este año visitaron la Argentina junto a Radiohead), la banda no publica desde que en 2003 viera la luz "Tour de France Soundtracks". Además, en 2009 el único de los miembros fundadores que quedó al frente (Ralf Hütter, luego del alejamiento reciente de Florian Schneider) estuvo preparando las remasterizaciones de ocho álbumes, que se pusieron a la venta en diciembre, en una caja llamada "The catalogue", que incluye "Autobahn" (1974), "Radioactivity" (1975), "Trans Europe Express" (1977), "The Man Machine" (1978), "Computer World" (1981), "Electric Cafe", que salió con el título que tenía originalmente, "Techno Pop" (1986), "The Mix" (1991) y "Tour de France Soundtracks" (2003). Todos estos discos pueden conseguirse también por separado en ediciones en CD y vinilo.
Sólo quedaron afuera los primeros discos, menoscabados por el grupo, "Kraftwerk 1" (1971), "Kraftwerk 2" (1972) y "Ralf and Florian" (1973), además del disco doble en vivo "Minimum-Maximum" (2005).
Sólo quedaron afuera los primeros discos, menoscabados por el grupo, "Kraftwerk 1" (1971), "Kraftwerk 2" (1972) y "Ralf and Florian" (1973), además del disco doble en vivo "Minimum-Maximum" (2005).
Los padres de la música electrónica
A fines de los '60 Ralf Hütter y Florian Schneider, que se habían conocido en la Academia de Arte de Remscheid, forman el dúo Organisation, con el que grabaron "Tone Float" (1970). Sin éxito, su trabajo derivó el la formación de otro grupo, Kraftwerk (planta de energía), que editó el 1971 su primer disco homónimo.
En 1974 editaron el disco "Autobahn", que definió el rumbo del grupo, les dio un impulso considerable y marcó un precedente para toda la música electrónica. Fue, además, su primer Disco de Oro. Ahí surgió una serie de discos exitosos que dismuniyó su marcha a mediados de los '80. Sin embargo, las giras y presentaciones continuaron y el cuarteto sigue dando cátedra.
Es muy bonita y recomendable su web, http://www.kraftwerk.com/
Comenzó con Kharú, el hombre misterioso (1936), con dibujos de Carlos Clemen, para la revista Mustafá. Luego vinieron, entre muchas otras historietas, Vito Nervio (1945), A la conquista de Jastinapur (1946), Conjuración en Venecia (1946) y Duval y Gordon (1951).
De sus traducciones se destacan Flash Gordon, Rip Kirby, El Joven Capitán Marvel, Cisco Kid, y unos cien episodios de la serie Sexton Blake. Dirigió la revista de folletines Rojinegro y las de historietas Fabián Leyes, El Huinca —éstas dos con temas gauchescos y dibujos de Enrique Rapela— y Top (un mensuario). Adaptó numerosas obras de la literatura universal, por ejemplo El libro de la selva, de Rudyard Kipling, con gráfica de José Luis Salinas. Fue director del suplemento de historietas del diario Pregón, se encargó de todos los guiones de la revista Fenómeno y fue secretario de redacción de Patoruzito.
Uno de los más altos picos obtenidos por Wadel fue A la conquista de Jastinapur, con arte de Emilio Cortinas. Salió desde 1946 a 1949. Según el guionista, “Jastinapur deriva del sánscrito y es el nombre de una ciudad. Me inspiré en las famosas epopeyas hindúes el Mahabharata y el Ramayana. Ésta relata ´Las hazañas de Rama´, que lucha contra una especie de demonio para liberar a su esposa. (…) Mahabharata —que significa ´Relato de la gran guerra de los Bharata´— es extensísima: si uno deseara leerla tardaría una vida, pues tiene unos cien mil dísticos. Narra las guerras que libran por el trono de Hastinapura dos familias descendientes de Bharata: los pandeidas y los kauravas. De estas dos obras extraje las fabulosas acciones que ocurren en la historieta”, y de cuyos héroes “Asoka era el más joven y ágil y Kairaba el más fornido. En los relatos de aventuras esta combinación ha repercutido favorablemente entre los lectores”.
Esta historieta sigue las pautas de textos de la revista Intervalo al no utilizar globos, aunque Wadel reconoció que “Respecto al estilo de escritura no recibí ninguna influencia. Todo fue mío”. Y hay que admitir que el mismo es ampuloso y grandilocuente. Uno de los diálogos que más perturbó a los inocentes chicos de esa época (sólo contaban con la radio y las historietas, e iban poco al cine) fue el siguiente: la líder amazona Indri se dispone a matar a Asoka, y éste exclama: “¡Mátame, si quieres! ¡Asoka no dirigirá la punta de su arma contra una mujer!...” Y ella le responde: “¡Ay! ¡No, mancebo! (…) ¡Indri se rinde como no se ha rendido jamás a hombre alguno!”. Es sabido que la relación amorosa era casta y pura porque se trataba de un imperativo comercial, de lo contrario los padres no les compraban las revistas a sus hijos.
Es sobresaliente la gráfica tipo ilustración del uruguayo Emilio Cortinas, que recibió la indudable influencia del Harold Foster de Príncipe Valiente (1937), pero ostenta un sello personalísimo, especialmente al registrar los movimientos de los personajes. De trazo firme y vigoroso, su línea es ágil y de prodigiosa soltura. Hay cuadritos de rotunda belleza plástica y de audaz y meticulosa composición.
Vito Nervio se inició con la dupla Domingo Repetto (conocido como Mirco Repetto), en la escritura, y arte de Emilio Cortinas, en el Nº 1 de Patoruzito, de la que el primero era director. Después, Repetto —que nació en Italia y se radicó en la Argentina—, tapado de trabajo, cede su lugar a Leonardo Wadel, mientras que a Cortinas, que regresa definitivamente a su país, lo reemplaza un joven Alberto Breccia, también uruguayo. Ambos se hacen cargo de la historieta en 1946 hasta su desaparición en 1960. A principios de la década del setenta el tándem intentó renovarla para la revista Chaupinela, con un Vito Nervio abuelo y director de una escuela de detectives, pero el experimento no tuvo éxito. En 1981 Vito Nervio fue llevado al cine en la película Beto (sic) Nervio contra el poder de las tinieblas, de Miguel Bejo, pero el nombre de Wadel no apareció en los créditos. Vito Nervio, el “detective gaucho”, vivió aventuras en todo el mundo, como también lo hicieron en la revista Pimpinela los periodistas criollos de la historieta Duval y Gordon, con guión de Wadel y arte de Enrique Vieytes.
Con el dúo Repetto-Cortinas, Vito Nervio fue una historieta seria, pero su dibujo tenía ciertos sesgos humorísticos, una fórmula algo similar a la de César, el capitán sin miedo (1933), de Roy Crane. El guión era muy original y sus diálogos eficaces y precisos, aunque, como en todas las producciones de la época, a veces caía en la ingenuidad. Una planificación muy profesional le otorgaba un sólido ritmo. Más que un metódico detective, el héroe era un valiente dispuesto a dar pelea en todo momento. Hay ingenio en las tretas que urde Vito Nervio para combatir a los delincuentes (entre ellos un jefe de pandilla llamado Satán) y recursos para crear el misterio: una isla tiene ocultas compuertas que conducen a la guarida de la banda. A la vez, sótanos secretos desembocan en túneles con salida al mar y una lancha anclada en la orilla.
Emilio Cortinas muestra talento para registrar escenas de acción, en las que se destacan los planos generales. Ya tenía un concepto evolucionado del arte de la historieta, y utilizaba con oficio las sombras proyectadas y las siluetas negras de personajes y objetos.
Con el nuevo equipo (Wadel-Breccia) Vito Nervio inicia un giro importante. Los textos —incluidos los globos— son más extensos y su estilo es altisonante y alambicado. Sin embargo, el detective acostumbra a decir chistes mientras afronta situaciones peligrosas. La narración de Wadel exhibe la influencia del folletín (era admirador de Alejandro Dumas, Víctor Hugo y Miguel Zevaco) y de los seriales cinematográficos. En el anuncio de un próximo episodio se puede palpar su estilo: “El caso de la Dalia Estrellada”/ “¡Una princesa!”/ “¡Un arqueólogo!”/ “Un floricultor fanático”/ “¡Y el monstruo que acecha! ¡Todo en una inolvidable aventura!”. Vito Nervio —que se autocalifica de “criollo”— se ha transformado en un aventurero a lo Indiana Jones y recorre sitios exóticos de distintas partes del mundo.
Breccia impone en su grafismo un sombreado que será su marca estilística y le permite lucirse en las escenas nocturnas. En él hay algo de Milton Caniff (el registro de mujeres hermosas) y de Burne Hogarth (la representación de la selva). Sus originales enfoques son magistrales.
De sus traducciones se destacan Flash Gordon, Rip Kirby, El Joven Capitán Marvel, Cisco Kid, y unos cien episodios de la serie Sexton Blake. Dirigió la revista de folletines Rojinegro y las de historietas Fabián Leyes, El Huinca —éstas dos con temas gauchescos y dibujos de Enrique Rapela— y Top (un mensuario). Adaptó numerosas obras de la literatura universal, por ejemplo El libro de la selva, de Rudyard Kipling, con gráfica de José Luis Salinas. Fue director del suplemento de historietas del diario Pregón, se encargó de todos los guiones de la revista Fenómeno y fue secretario de redacción de Patoruzito.
Uno de los más altos picos obtenidos por Wadel fue A la conquista de Jastinapur, con arte de Emilio Cortinas. Salió desde 1946 a 1949. Según el guionista, “Jastinapur deriva del sánscrito y es el nombre de una ciudad. Me inspiré en las famosas epopeyas hindúes el Mahabharata y el Ramayana. Ésta relata ´Las hazañas de Rama´, que lucha contra una especie de demonio para liberar a su esposa. (…) Mahabharata —que significa ´Relato de la gran guerra de los Bharata´— es extensísima: si uno deseara leerla tardaría una vida, pues tiene unos cien mil dísticos. Narra las guerras que libran por el trono de Hastinapura dos familias descendientes de Bharata: los pandeidas y los kauravas. De estas dos obras extraje las fabulosas acciones que ocurren en la historieta”, y de cuyos héroes “Asoka era el más joven y ágil y Kairaba el más fornido. En los relatos de aventuras esta combinación ha repercutido favorablemente entre los lectores”.
Es sobresaliente la gráfica tipo ilustración del uruguayo Emilio Cortinas, que recibió la indudable influencia del Harold Foster de Príncipe Valiente (1937), pero ostenta un sello personalísimo, especialmente al registrar los movimientos de los personajes. De trazo firme y vigoroso, su línea es ágil y de prodigiosa soltura. Hay cuadritos de rotunda belleza plástica y de audaz y meticulosa composición.
Vito Nervio se inició con la dupla Domingo Repetto (conocido como Mirco Repetto), en la escritura, y arte de Emilio Cortinas, en el Nº 1 de Patoruzito, de la que el primero era director. Después, Repetto —que nació en Italia y se radicó en la Argentina—, tapado de trabajo, cede su lugar a Leonardo Wadel, mientras que a Cortinas, que regresa definitivamente a su país, lo reemplaza un joven Alberto Breccia, también uruguayo. Ambos se hacen cargo de la historieta en 1946 hasta su desaparición en 1960. A principios de la década del setenta el tándem intentó renovarla para la revista Chaupinela, con un Vito Nervio abuelo y director de una escuela de detectives, pero el experimento no tuvo éxito. En 1981 Vito Nervio fue llevado al cine en la película Beto (sic) Nervio contra el poder de las tinieblas, de Miguel Bejo, pero el nombre de Wadel no apareció en los créditos. Vito Nervio, el “detective gaucho”, vivió aventuras en todo el mundo, como también lo hicieron en la revista Pimpinela los periodistas criollos de la historieta Duval y Gordon, con guión de Wadel y arte de Enrique Vieytes.
Con el dúo Repetto-Cortinas, Vito Nervio fue una historieta seria, pero su dibujo tenía ciertos sesgos humorísticos, una fórmula algo similar a la de César, el capitán sin miedo (1933), de Roy Crane. El guión era muy original y sus diálogos eficaces y precisos, aunque, como en todas las producciones de la época, a veces caía en la ingenuidad. Una planificación muy profesional le otorgaba un sólido ritmo. Más que un metódico detective, el héroe era un valiente dispuesto a dar pelea en todo momento. Hay ingenio en las tretas que urde Vito Nervio para combatir a los delincuentes (entre ellos un jefe de pandilla llamado Satán) y recursos para crear el misterio: una isla tiene ocultas compuertas que conducen a la guarida de la banda. A la vez, sótanos secretos desembocan en túneles con salida al mar y una lancha anclada en la orilla.
Con el nuevo equipo (Wadel-Breccia) Vito Nervio inicia un giro importante. Los textos —incluidos los globos— son más extensos y su estilo es altisonante y alambicado. Sin embargo, el detective acostumbra a decir chistes mientras afronta situaciones peligrosas. La narración de Wadel exhibe la influencia del folletín (era admirador de Alejandro Dumas, Víctor Hugo y Miguel Zevaco) y de los seriales cinematográficos. En el anuncio de un próximo episodio se puede palpar su estilo: “El caso de la Dalia Estrellada”/ “¡Una princesa!”/ “¡Un arqueólogo!”/ “Un floricultor fanático”/ “¡Y el monstruo que acecha! ¡Todo en una inolvidable aventura!”. Vito Nervio —que se autocalifica de “criollo”— se ha transformado en un aventurero a lo Indiana Jones y recorre sitios exóticos de distintas partes del mundo.
Breccia impone en su grafismo un sombreado que será su marca estilística y le permite lucirse en las escenas nocturnas. En él hay algo de Milton Caniff (el registro de mujeres hermosas) y de Burne Hogarth (la representación de la selva). Sus originales enfoques son magistrales.
Con el correr de los años, la prosa de Wadel adquiere concisión y los episodios logran mayor solidez y están mejor resueltos. Pero el gran hallazgo es el personaje de la malvada Madame Zabat —“una mujer de enigmática belleza y ojos alucinantes”—, miembro de la terrible banda el “Triángulo Verde”. Sucede que Vito y Zabat son enemigos, pero terminan enamorándose, y se crea una vuelta de tuerca que no tiene fin ni solución: un amor imposible que hizo furor entre los lectores. Pasa algo similar con Lois Lane, que ama a Superman, y éste a su vez está cautivado por ella pero a través de Clark Kent.
Leonardo Wadel demostró con Vito Nervio poseer una imaginación inagotable e ingenio para librar al detective de situaciones riesgosas. Asimismo, talento y oficio para sostener el misterio y dar constantes giros a la trama de sus guiones. Su obra representa un hito en la historia del noveno arte argentino.
Germán Cáceres
Bibliografía
- Albertoni, Carlos W., Santas historietas, Catálogos, Buenos Aires, 2004.
- Cáceres, Germán, El dibujo de aventuras, Editorial Almagesto, Buenos Aires, 1996.
- Cuadernos digitales de La bañadera del cómic 2008: “Emilio Cortinas”, en http://www.labanacomic.com.ar/.
- Gociol, Judith y Rosemberg, Diego, La historieta argentina/Una historia, Ediciones de la Flor, Buenos Aires, 2000.
- Goyeneche, Maytland, “Sepa qué es la historieta-13_La historieta argentina se hace mayorcita”, en http://www.elmangodelhacha.com.ar/.
- Kloster, Alberto D., “Leonardo Andrés Wadel, el precursor, el maestro”, en http://www.tebeoesfera.com/.
- Saccomanno, Guillermo, “Los cómics argentinos buscan su identidad”, en Historia de los cómics, dirigida por Javier Coma, Toutain Editor, Barcelona, 1982-1983.
- Trillo, Carlos y Accorsi, Diego, “Prólogo” en Vito Nervio/Misterix, Biblioteca Clarín de la Historieta, Buenos Aires, 2004.
- Trillo, Carlos y Saccomanno, Guillermo, Historia de la historieta argentina, Ediciones Record, Buenos Aires, 1980.
Luego de diez años se produjo el regreso de Peligrosos Gorriones. Fue en la apertura del Festival In-Edit, en El Teatro, y marcó el reencuentro de su público con muchas buenas canciones que merecían mejor suerte para uno de los grupos que marcaron los '90. Aquí, videos y fotos exclusivas.
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El Cineclub La Rosa, celebrando la reapertura de la Biblioteca Carlos Sánchez Viamontre donde funciona, cierra el año con la proyección de Fahrenheit 451, de François Truffaut. Será el miércoles 16 de diciembre a las 20 horas, con entrada libre y gratuita.
En un mundo en donde está prohibido leer, los bomberos no apagan incendios, queman libros. Así se lo imaginó Ray Bradbury en su novela, que luego llevaría al cine François Truffaut con Oscar Werner y Julie Christie.
En ese futuro, quienes se rebelan y desean mantener su autonomía deben convertirse en rapsodas, memorizar los textos y ser ellos mismos quienes se encarguen de mantenerlos vivos y traspasar el conocimiento.
Con esta película cierra su temporada 2009 el Cineclub La Rosa, intentando celebrar y revalorar los libros y la lectura luego de un año en el que la Biblioteca Carlos Sánchez Viamonte fuera restaurada íntegramente. La proyección será, con entrada libre y gratuita, el miércoles 16 de diciembre a las 20 horas en Austria 2154.
Más información: http://www.cineclublarosa.blogspot.com/
En un mundo en donde está prohibido leer, los bomberos no apagan incendios, queman libros. Así se lo imaginó Ray Bradbury en su novela, que luego llevaría al cine François Truffaut con Oscar Werner y Julie Christie.
En ese futuro, quienes se rebelan y desean mantener su autonomía deben convertirse en rapsodas, memorizar los textos y ser ellos mismos quienes se encarguen de mantenerlos vivos y traspasar el conocimiento.
Con esta película cierra su temporada 2009 el Cineclub La Rosa, intentando celebrar y revalorar los libros y la lectura luego de un año en el que la Biblioteca Carlos Sánchez Viamonte fuera restaurada íntegramente. La proyección será, con entrada libre y gratuita, el miércoles 16 de diciembre a las 20 horas en Austria 2154.
Más información: http://www.cineclublarosa.blogspot.com/
Hoy no hay nada para ver, sólo escuchar. "El bicho reactor", Peligrosos Gorriones en estado puro. Grunge, rock, nuevo rock argentino... qué tiempos aquellos en 1993. Esta noche, luego de diez años, vuelven a juntarse en El Teatro Colegiales.
Dramaturgia y dirección: Fabián Politis. Actuación: Laura Alianelli, Laura Brauer y Mary Décima. Escenografía y vestuario: Lía Espiro. Asistencia de Dirección: Pilar Fernández. Teatro El Bardo, Cochabamba 743, los lunes 7, 14 y 21 de diciembre a las 21 horas.
Las Moiras (Cloto, Láquesis y Atropos), o sea las diosas griegas que hilan la vida, el destino y la muerte, respectivamente, deciden emigrar de Grecia a América en busca de nuevos horizontes de esperanza, bienestar y prosperidad. Y para su desgracia recalan en el barrio porteño de Montserrat, donde las hermanas toman el nombre de Clota, Raque y Pato.
La pieza adquiere una desopilante hilaridad en el momento que Clota habla por teléfono con su padre Zeus, quien le recomienda invocar su nombre como hacedor del Olimpo para conseguir influencias sociales, y ella trata infructuosamente de hacerle entender que en Buenos Aires no le servirá de nada. O cuando Pato, teléfono mediante, le advierte a su madre que vive en Suiza (es la diosa de la justicia Temis), que si quiere que la vayan a visitar les debe pagar los pasajes y comprar una casa en ese país. Asimismo, las conversaciones telefónicas de fuerte erotismo que mantiene Raque con “machotes” anónimos hacen desternillar de risa al público por su ocurrente desenfado. Y a lo largo de Las Moiras, afloran las feroces peleas entre las hermanas en torno a su primo Polo (el dios Apolo), que coquetea con las tres, e intercambian con desparpajo denigrantes insultos.
Pero esta original obra transita con audacia entre la vulgaridad barrial en la cual las diosas sufren el hastío y el aislamiento, hasta la inmensa solemnidad que despliega la mitología griega. Y mientras se quejan de su terrible soledad, de la falta de sentido de existir eternamente y no para sí mismas, como sucedería en la envidiable brevedad de la vida, se alude a la fragilidad del ser humano, a su soledad, a su aparente incapacidad para acceder a la felicidad como consecuencia de sus ilimitados conflictos.
La dramaturgia de Fabián Politis sobresale por su creatividad, su seguro oficio y sus incisivos diálogos. Es también responsable de una puesta superlativa que obtiene un sugestivo despliegue escénico y utiliza con profesionalidad los apagones. Brillantes las actuaciones de Laura Alianelli (Clota), Laura Brauer (Raque) y Mary Décima (Pato), que saben dotar a sus personajes de convicción y contundencia dramática. La escenografía de Lía Espiro (el logrado vestuario es suyo) desemboca en un modelo de apropiación del espacio, que desdeña la aparatosidad y opta por la alusión.
Una obra valiosa, en especial para aquellos que deseen navegar entre lo terrenal y lo sublime pasando por la insondable condición humana. Y Politis, además, no deja de incursionar en el ámbito metafísico al plantear cuestiones tan resbaladizas como la libertad, el determinismo y el libre albedrío.
Germán Cáceres
Las Moiras (Cloto, Láquesis y Atropos), o sea las diosas griegas que hilan la vida, el destino y la muerte, respectivamente, deciden emigrar de Grecia a América en busca de nuevos horizontes de esperanza, bienestar y prosperidad. Y para su desgracia recalan en el barrio porteño de Montserrat, donde las hermanas toman el nombre de Clota, Raque y Pato.
La pieza adquiere una desopilante hilaridad en el momento que Clota habla por teléfono con su padre Zeus, quien le recomienda invocar su nombre como hacedor del Olimpo para conseguir influencias sociales, y ella trata infructuosamente de hacerle entender que en Buenos Aires no le servirá de nada. O cuando Pato, teléfono mediante, le advierte a su madre que vive en Suiza (es la diosa de la justicia Temis), que si quiere que la vayan a visitar les debe pagar los pasajes y comprar una casa en ese país. Asimismo, las conversaciones telefónicas de fuerte erotismo que mantiene Raque con “machotes” anónimos hacen desternillar de risa al público por su ocurrente desenfado. Y a lo largo de Las Moiras, afloran las feroces peleas entre las hermanas en torno a su primo Polo (el dios Apolo), que coquetea con las tres, e intercambian con desparpajo denigrantes insultos.
Pero esta original obra transita con audacia entre la vulgaridad barrial en la cual las diosas sufren el hastío y el aislamiento, hasta la inmensa solemnidad que despliega la mitología griega. Y mientras se quejan de su terrible soledad, de la falta de sentido de existir eternamente y no para sí mismas, como sucedería en la envidiable brevedad de la vida, se alude a la fragilidad del ser humano, a su soledad, a su aparente incapacidad para acceder a la felicidad como consecuencia de sus ilimitados conflictos.
La dramaturgia de Fabián Politis sobresale por su creatividad, su seguro oficio y sus incisivos diálogos. Es también responsable de una puesta superlativa que obtiene un sugestivo despliegue escénico y utiliza con profesionalidad los apagones. Brillantes las actuaciones de Laura Alianelli (Clota), Laura Brauer (Raque) y Mary Décima (Pato), que saben dotar a sus personajes de convicción y contundencia dramática. La escenografía de Lía Espiro (el logrado vestuario es suyo) desemboca en un modelo de apropiación del espacio, que desdeña la aparatosidad y opta por la alusión.
Una obra valiosa, en especial para aquellos que deseen navegar entre lo terrenal y lo sublime pasando por la insondable condición humana. Y Politis, además, no deja de incursionar en el ámbito metafísico al plantear cuestiones tan resbaladizas como la libertad, el determinismo y el libre albedrío.
Germán Cáceres
Y que viva John Lennon, 29 años después.
En cuanto se encienden las luces, el espectador no tiene ninguna duda de que los personajes son profundamente rusos, y allí reside uno de los méritos del vestuario (Juan Ferreyra y Alicia Caldarone), cuya realización —a cargo de Ana Lía Bértola y Vivian Edel Urraco— es impecable. Luego están los emotivos Vasia y Arcadio, esos amigos incondicionales, de una sensibilidad extrema y dostoievskianos hasta la médula, que la actuación de Alejandro Magnone y Sergio Pascual, respectivamente, transmite en cuerpo y alma, fruto de un sólido trabajo introspectivo.
La anécdota es sencilla: Vasia, un humilde oficinista que realiza trabajos como copista para su jefe, padece un importante defecto físico. Y se enamora de la encantadora y bella Lisenka (notable y convincente Laura Conde en este papel y en el de su hermano), y es correspondido. Claro, Vasia, embriagado de felicidad, se extravía y, pese a la ayuda que recibe de su fiel amigo, no cumple con su tarea y termina cayendo en la locura. Como si el amor y la felicidad no estuvieran permitidos, y sólo fueran trampas para perder al ser humano en los abismos de la desesperación y la melancolía.
La escenografía de Juan Ferreyra y Alicia Caldarone optó por la austeridad y la alusión, y con pequeños elementos (una cama, un escritorio, una silla, cortinas, tazas de té) le otorgan al espectador la posibilidad de participar imaginando el posible decorado. Esto permite a la dirección sacar partido de los actores cuyos cuerpos pletóricos de expresividad iluminan las laberínticas zonas vacías del escenario. En esa sugerente construcción hay que resaltar la muy profesional operación de luces de Matías Miranda.
Aquellos que aman el teatro no pueden dejar de disfrutar esta obra.
Germán Cáceres
La anécdota es sencilla: Vasia, un humilde oficinista que realiza trabajos como copista para su jefe, padece un importante defecto físico. Y se enamora de la encantadora y bella Lisenka (notable y convincente Laura Conde en este papel y en el de su hermano), y es correspondido. Claro, Vasia, embriagado de felicidad, se extravía y, pese a la ayuda que recibe de su fiel amigo, no cumple con su tarea y termina cayendo en la locura. Como si el amor y la felicidad no estuvieran permitidos, y sólo fueran trampas para perder al ser humano en los abismos de la desesperación y la melancolía.
La adaptación de Mariel Bignasco demuestra oficio y talento para transmutar la narrativa del genial escritor ruso en experiencia dramática. Su dirección supo aprovechar la nada convencional estructura del Teatro del Artefacto, para ahondar en una suerte de minimalismo del espacio escénico, que se divide sugestivamente en la habitación de la pensión donde se hospedan los amigos, en calles de la ciudad, en una tienda, en un puente y en la casa de Lisenka. Ésta es una escena logradísima en que cuatro personajes están reunidos en un rincón pequeño y logran un vigor actoral impresionante. Aquí se debe destacar la admirable labor de Cecilia Labourt como madre de Lisenka, que en una prueba de versatilidad también interpreta a la dueña de la tienda y a la conmovedora criada de la pensión.
Aquellos que aman el teatro no pueden dejar de disfrutar esta obra.
Germán Cáceres
La banda clave del rock platense en los ´90 se pliega a la ola de regresos. Después de diez años, inauguran el festival In-Edit. ¿Y después? Veremos.
"Hagamos otra foto que salí con cara de vieja", le dice Francisco Bochatón a Guillermo Coda, mientras intentan por enésima vez eternizar su suspensión a metro y medio del suelo. Nadie creería que estos dos tipos que se divierten como si tuvieran 20 años hayan pasado una década sin tener ningún contacto entre ellos. Bochatón (voz, bajo, letras) y Coda (guitarra) son el 50% de Peligrosos Gorriones (la otra mitad: Rodrigo Rocky Velázquez en batería y Martín Cuervo Karakachoff en teclados) quienes después de diez años se reúnen.
Rewind, 1993. Cuatro chicos de La Plata editaban su primer disco con producción de Zeta Bosio y, con video de alta rotación en MTV incluido, superaría las 20 mil copias en tiempos pre MP3. Coronarían ese año siendo elegidos como Revelación en la encuesta anual del Sí!. De esa manera, los Peligrosos Gorriones quedarían englobados en la escena del Nuevo Rock Argentino, cartel que compartían con Babasónicos, Los Brujos, IKVy Massacre, entre otros. "Un buen título para ponerle a todos, pero cada banda tenía su estilo" dice Bochatón. ¿Se reúnen, entonces?
Bochatón: -Vamos a tocar después de diez años (el próximo jueves, en El Teatro de Colegiales). Esa es una realidad. A mí me emociona.
Rewind, 1999. Peligrosos Gorriones hace su último show en un shopping de Haedo, después de girar por todo el país, compartir escenarios con grandes bandas y dejar toda su obra plasmada en tres discos que contienen varias claves fundamentales para entender el rock argentino de los '90. "Fueron ocho años de tocar y de giras y de grabar discos. Y sin nadie que nos cuidara", dice Bochatón. En los ensayos ni se miraban a la cara. Ya estaban cansados. Stop.
La década siguiente, Bochatón sacó varios discos que lo afianzaron como cantautor indie y los otros músicos también armaron sus propios proyectos musicales. Mientras, el mito gorrión se acrecentaba: muchas nuevas bandas los citaban como influencia, se gestaba una gran movida musical en La Plata y ellos, aunque reconocen que tuvieron ofertas para juntarse, siguieron sin dar señales de vida. Hasta ahora.
Fast Forward. Marzo 2009. La cita fue en la casa del baterista, en una reunión con hijos incluidos para escuchar y editar viejas grabaciones de la banda. Dice Coda: "La excusa de las cintas nos vino bien para tener un punto de partida para juntarnos y vernos. Eso fue medio astral, cinco años atrás no se hubiese dado". El segundo paso sería unos meses después, cuando coincidieron en un show en La Plata: Bochatón con las bandas de Coda (Miles), Rocky (Pájaros) y el Cuervo (Bazaar). Allí los cuatro volverían a ser Peligrosos Gorriones por un rato. El encuentro se repetiría en Niceto el 29 de octubre pasado.
Lejos de los regresos premeditados, los Gorriones insisten en que el único objetivo es pasarla bien y durante la entrevista darán pistas varias de la espontaneidad de esta vuelta. ¿Ejemplo? Todavía no se juntaron a ensayar (no lo hacen ¡desde 1999!) y el manager intercambia teléfonos con Coda, como si recién se conocieran.
-¿Qué eslogan elegirían para su vuelta?
Coda: -Uy, qué difícil... no sé. "que fluya". Pero queda muy místico.
Bochatón: -"Amor y odio". Se me escapó decir eso cuando se abrió el telón en Niceto.
-¿Se imaginan haciendo un disco nuevo?
Bochatón: -Yo tengo la intriga de cómo sería un disco nuevo. Y tal vez lo hagamos, tal vez no. No estoy histeriqueando, no lo sé.
-¿Qué creen que fue lo que caracterizó a Peligrosos Gorriones?
Bochatón: -Nosotros éramos una acuarela de lo que sentíamos. Para mí, ésa era la debilidad y la virtud de los Gorriones. Coda la pasaba mal y tocaba con cara de culo. Yo me sentía mal y escribía "Manicomio gris". Y eso te expone. Pero no quiere decir que "mi casa es una aldea de desprotegidos". Hoy no lo es.
-¿Qué imágenes del pasado rescatan?
Bochatón: -Me acuerdo de un festival en el que tocó Love & Rockets. Después, ser soporte de Divididos en "Buenos Aires Vivo" ante 90 mil personas. También me acuerdo del show del cumpleaños de La Plata en el que tocaron Soda Stereo, Spinetta, Los Cadillacs... La segunda vez en Obras, en el Festival Nuevo Rock Argentino en el '95: yo no le llegaba a ver la cara a Coda, de tan grande que era el escenario.
-¿Qué sentís al volver a cantar canciones que compusiste a los veinte años?
Bochatón: -Man, son mías. Uno es compositor de una obra que no tiene tiempo. Para mí no envejecieron. (Hace un silencio). Mirá, están sonando los Redondos. ¿Envejeció "La bestia pop"?
Por: Pablo Rabotnikof
Suplemento Sí!, diario Clarín, viernes 4 de diciembre de 2009.
Nota Caranchera: Peligrosos Gorriones tocará el jueves 10 a las 23 hs. en la fiesta del festival In-Edit, en El Teatro Colegiales, Federico Lacroze y Álvarez Thomas.
La artista plástica María Elena Lopardo presenta la muestra "Proyección sentimental" en el Centro Cultural y Biblioteca Popular Carlos Sánchez Viamonte, Austria 2154. La exposición, con entrada libre y gratuita, recorre varios trabajos y estilos abordados por Lopardo a lo largo de su extensa trayectoria. Inaugura el viernes 4 de diciembre y continúa todo el verano.