Ingeniero White, un paisaje de posguerra

Hasta el 8 de octubre, en el Centro Cultural de la Cooperación (Av. Corrientes 1543), se exhibe la muestra de fotografías de Nazareno Russo "Ingeniero White, un paisaje de posguerra".

Atilio Miglianelli es buzo. Trabajó toda su vida sumergido en las cañerías submarinas de la usina General San Martín, una réplica de castillo medieval ubicada, entre silos y muelles, en el borde mismo de la ría de Bahía Blanca, en el puerto de Ingeniero White. Construida entre 1928 y 1932, la usina proveyó de energía a Bahía Blanca y a su región por más de cincuenta años. Luego, entre 1989 y los primeros años noventa, la usina fue cerrada, sus calderas y turbinas fueron vendidas como chatarra, y sus trabajadores jubilados o despedidos. Atilio se para frente al castillo en ruinas y dice “acá es como si hubiera caído una bomba”. Acá es el edificio de la usina, pero de manera más amplia o genérica, acá es Ingeniero White.

Las fotografías de Nazareno Russo no nos muestran la usina, sino el misterio que supone su existencia presente. Sin máquinas, ni trabajadores, la usina continúa en pie como un enigma. Un castillo en plena pampa. Algo sucedió allí que ya no podemos recordar. Las fotos de Nazareno documentan esa imposibilidad. No intentan glorificar una edad dorada a través de la imagen grandiosa de sus ruinas, sino registrar en el paisaje el proceso de amnesia por el cual aquello que funcionaba hasta ayer, es percibido como la ruina de un tiempo que parece no haber tenido lugar. "Acá cayó una bomba, dirá Atilio, y nadie se dio cuenta". A su modo, Nazareno lo entiende. Lo que convierte su arqueología industrial en un extraño ejemplo de fotografía bélica, es la conciencia de que la historia de la destrucción es también una crónica del debilitamiento de nuestro vínculo vital con el pasado.

Marcelo Díaz y Nicolás Testoni (integrantes de Ferrowhite Museo Taller)

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