"En cada escuela latinoamericana deberÃa haber una gran foto de Buster Keaton y en las fiestas patrias el director pasarÃa pelÃculas de Chaplin y de Keaton, para fomento de futuros cronopios”.
Julio Cortázar
Jason Pierce, Spaceman o Spiritualized se presentó nuevamente en la Argentina, aunque esta vez, a diferencia de las visitas anteriores (Personal Fest y La Trastienda, en 2008), lejos del formato rockero, se vistió como "Acoustic Mainlines", con un pianista, cuatro coristas gospel, tres violinistas y un cello. Gran noche de domingo en Vorterix.
A modo de anticipo, en el sitio del New York Times puede escucharse The man upstairs, último trabajo de Robyn Hitchcock que publicará en estos dÃas Yep Roc Records.
The man upstairs, vigésimo disco de estudio Robyn Hitchcock, se ofrece una semana antes de su salida en la página del The New York Times.
The man upstairs, vigésimo disco de estudio Robyn Hitchcock, se ofrece una semana antes de su salida en la página del The New York Times.
El álbum incluye temas originales y covers de canciones de los Doors y Psychedelic Furs. Fue producido por Joe Boyd (Nick Drake, Fairport Convention).
Se cumple un nuevo aniversario de la ejecución de Sacco y Vanzetti. Un crimen de Estado perpetrado para disciplinar a los insumisos contra el sistema del capital mercancÃa.
“Comprendà que el hombre nunca es demasiado modesto respecto de sà mismo, y que existe una pizca de sabidurÃa en la tolerancia. Quise un techo para cada familia, un pan para cada boca, una educación para cada corazón, la luz para toda inteligencia.” Estas palabras corresponden a una de las últimas cartas escritas desde la prisión por Bartolomeo Vanzetti, protagonista involuntario junto a su amigo y compañero Nicolás Sacco, de uno de los más oprobiosos procesos judiciales del siglo XX.
En efecto, durante la década del ´20 estados Unidos de Norteamérica, fue escenario de una persecución sistemática a los militantes obreros, por sobre todo inmigrantes y mucho más los de tendencia anarquista.
Sacco y Vanzetti, fueron apresados por la policÃa en 1920, acusados de cometer un asalto seguido de muerte. Hecho que las fuerzas estatales no pudieron esclarecer jamás y que atribuyeron a los dos trabajadores ácratas.
Un largo y vergonzoso proceso judicial fue llevado adelante por funcionarios venales, que solo buscaban inculpar a dos luchadores sociales que se oponÃan a la explotación, al crimen de las guerras.
Bartolomeo Vanzetti, habÃa nacido en Villafalletto, al norte de Italia y emigró en busca de mejores perspectivas laborales, recorrió Estados Unidos realizando múltiples tareas, participó activamente de la organización del movimiento obrero de ese paÃs, vinculado a la IWW. Luego de la huelga de las acerÃas en Pittsburg, se convirtió en vendedor ambulante de anguilas. Nicolás Sacco, era de la zona meridional de Italia (la Puglia) y trabajaba en una fábrica de zapatos, rehusó participar en la Primera Guerra Mundial, haciendo campaña contra la barbarie belicista.
El 23 de agosto de 1927, los dos obreros anarquistas fueron ejecutados en la silla eléctrica, a pesar de las masivas marchas que en todo el mundo pidieron por su vida y su libertad durante siete años.
Aquellas palabras de Vanzetti en su última carta aun resuenan y continuamos bregando porque cada boca tenga su pan, cada familia un techo y cada inteligencia la luz de la razón.
Sacco y Vanzetti siguen siendo sÃmbolos de resistencia y ejemplo de lucha, solidaridad humana y dignidad.
Carlos A. Solero
Agosto de 2014
“Comprendà que el hombre nunca es demasiado modesto respecto de sà mismo, y que existe una pizca de sabidurÃa en la tolerancia. Quise un techo para cada familia, un pan para cada boca, una educación para cada corazón, la luz para toda inteligencia.” Estas palabras corresponden a una de las últimas cartas escritas desde la prisión por Bartolomeo Vanzetti, protagonista involuntario junto a su amigo y compañero Nicolás Sacco, de uno de los más oprobiosos procesos judiciales del siglo XX.
En efecto, durante la década del ´20 estados Unidos de Norteamérica, fue escenario de una persecución sistemática a los militantes obreros, por sobre todo inmigrantes y mucho más los de tendencia anarquista.
Sacco y Vanzetti, fueron apresados por la policÃa en 1920, acusados de cometer un asalto seguido de muerte. Hecho que las fuerzas estatales no pudieron esclarecer jamás y que atribuyeron a los dos trabajadores ácratas.
Bartolomeo Vanzetti, habÃa nacido en Villafalletto, al norte de Italia y emigró en busca de mejores perspectivas laborales, recorrió Estados Unidos realizando múltiples tareas, participó activamente de la organización del movimiento obrero de ese paÃs, vinculado a la IWW. Luego de la huelga de las acerÃas en Pittsburg, se convirtió en vendedor ambulante de anguilas. Nicolás Sacco, era de la zona meridional de Italia (la Puglia) y trabajaba en una fábrica de zapatos, rehusó participar en la Primera Guerra Mundial, haciendo campaña contra la barbarie belicista.
El 23 de agosto de 1927, los dos obreros anarquistas fueron ejecutados en la silla eléctrica, a pesar de las masivas marchas que en todo el mundo pidieron por su vida y su libertad durante siete años.
Aquellas palabras de Vanzetti en su última carta aun resuenan y continuamos bregando porque cada boca tenga su pan, cada familia un techo y cada inteligencia la luz de la razón.
Sacco y Vanzetti siguen siendo sÃmbolos de resistencia y ejemplo de lucha, solidaridad humana y dignidad.
Carlos A. Solero
Agosto de 2014
“Elevar el propio pensamiento hasta el nivel del enojo, elevar el propio enojo hasta el nivel de una obra. Tejer esta obra que consiste en cuestionar la tecnologÃa, la historia y la ley. Para que nos permita abrir los ojos a la violencia del mundo que aparece inscrita en las imágenes.”
Georges Didi-Huberman
Prólogo de Desconfiar de las imágenes, de Harun Farocki
Uno de los más importantes cineastas y teóricos contemporáneo, Harun Farocki, falleció el miércoles a los 70 años. En 2011 el Cineclub La Rosa habÃa hecho una retrospectiva de sus films, y el año pasado visitó la Argentina para dar una serie de conferencias y exponer sus instalaciones audiovisuales.
Farocki habÃa nacido en 1944 en Novy Jicin (República Checa, en aquel momento, anexado a Alemania). En 1966 entró a la Academia de Cine y Televisión (DFFB) en BerlÃn, de la que fue expulsado en 1968 por razones polÃticas. Farocki ha escrito textos teóricos, guiones cinematográficos y televisivos. Su obra se expuso en la Documenta 12 de Kassel y en numerosas retrospectivas internacionales.
Sus primeras pelÃculas están marcadas por las ideas de la revolución cultural formuladas por la izquierda radical de la época. Fuego inextinguible (1968-69), sobre la fabricación de napalm para su uso en la guerra de Vietnam, toma uno de los temas por excelencia del movimiento estudiantil de esos años.
Paralelamente, realiza ensayos cinematográficos que cuestionan el uso del cine como medio pictórico. A través del montaje y la composición de imágenes filmadas y de archivo, Farocki produce un subtexto que deja al descubierto los contextos de significación técnicos, sociopolÃticos y culturales en la producción, distribución y recepción de imágenes. En obras como Videogramas de una revolución (1992), realizada enteramente con found footage –imágenes tomadas de la televisión rumana–, Farocki configura un orden narrativo completamente nuevo. En estos trabajos, tematiza las interacciones entre los procesos históricos y su representación en los medios.
Desde finales de la década de 1990, Farocki profundiza en la creación de obras en video e instalaciones para contextos expositivos, como la Documenta 10, en 1997. Sus últimas instalaciones tratan acerca de la instrumentalización de la cámara como herramienta de supervisión y control: I Thought I Was Seeing Convicts (2001) revela la transición de una sociedad disciplinaria a una sociedad de control por medio del uso de imágenes de video de una cámara de seguridad. Del mismo modo, Eye / Machine (2002) muestra hasta dónde ha progresado el uso de imágenes con fines de supervisión técnica en los sectores civil y militar.
Con la colaboración del Goethe-Institut, el Cineclub La Rosa realizó una retrospectiva de sus films a fines de 2011, incluyendo cinco de sus trabajos más emblemáticos.
Sus primeras pelÃculas están marcadas por las ideas de la revolución cultural formuladas por la izquierda radical de la época. Fuego inextinguible (1968-69), sobre la fabricación de napalm para su uso en la guerra de Vietnam, toma uno de los temas por excelencia del movimiento estudiantil de esos años.
Paralelamente, realiza ensayos cinematográficos que cuestionan el uso del cine como medio pictórico. A través del montaje y la composición de imágenes filmadas y de archivo, Farocki produce un subtexto que deja al descubierto los contextos de significación técnicos, sociopolÃticos y culturales en la producción, distribución y recepción de imágenes. En obras como Videogramas de una revolución (1992), realizada enteramente con found footage –imágenes tomadas de la televisión rumana–, Farocki configura un orden narrativo completamente nuevo. En estos trabajos, tematiza las interacciones entre los procesos históricos y su representación en los medios.
Desde finales de la década de 1990, Farocki profundiza en la creación de obras en video e instalaciones para contextos expositivos, como la Documenta 10, en 1997. Sus últimas instalaciones tratan acerca de la instrumentalización de la cámara como herramienta de supervisión y control: I Thought I Was Seeing Convicts (2001) revela la transición de una sociedad disciplinaria a una sociedad de control por medio del uso de imágenes de video de una cámara de seguridad. Del mismo modo, Eye / Machine (2002) muestra hasta dónde ha progresado el uso de imágenes con fines de supervisión técnica en los sectores civil y militar.
Con la colaboración del Goethe-Institut, el Cineclub La Rosa realizó una retrospectiva de sus films a fines de 2011, incluyendo cinco de sus trabajos más emblemáticos.
En 2013 visitó la Argentina, donde dio una serie de conferencias (aquà los videos de una de ellas), presentar trabajos audiovisuales en la Fundación Proa y presentar su libro Desconfiar de las imágenes.