Demoliendo La Trastienda

La presentación oficial de “Demoliciones”, el último disco de Antonio Birabent, se llevó a cabo el miércoles 21 de noviembre en La Trastienda Club.

A sala llena, el público acompañó cada momento del show, que comenzó con un Birabent de camisa, corbata y anteojos oscuros, solo con su guitarra y un termo con un mate que fue tomando a lo largo de los primeros temas que interpretó de esa manera.


Así comenzó un show que pasaría por distintos climas, gracias a una generosa lista de temas armada de manera tal que en ningún momento decayera la atracción por lo que se escuchaba y se veía. Es difícil conformar a todos cuando se cuenta con tantas canciones grabadas…

El momento acústico, con toda la gente en silencio, quizás sorprendidos o desprevenidos, de a poco se fue "electrizando" a medida que se iban incorporando de a uno los integrantes de la banda que desde hace a años acompañan a Birabent: Roberto Gracilazo en guitarra, Alejandro Carrillo en bajo y Luciano Casanova en batería.


"Puñaladas de espera" y "Ciudad de pobre corazones"

Con la solidez y potencia que transmitían los cuatro en el escenario sonaron "Puñaladas de espera", "En el camino" y “Guitarras rotas”, tres excelentes nuevos temas.

Casi todo “Demoliciones” fue tocado en vivo, y la gente recibió las nuevas canciones con entusiasmo y atención, dedicándole el respeto que cada tema merecía.

Es lógico, de todas formas, que "Bienvenida seas" haya sido el estallido más grande del público. “Algún día aplaudirán así las nuevas, es cuestión de tiempo”, señalaba un locuaz Birabent que dialogó con el público y hasta convidó mates a la platea.


Entre los “regalos”, se incluyeron la enérgica versión de “Ciudad de pobres corazones”, de Fito Páez, una coda de “Fue”, de Soda Stereo, incluida en la sección acústica, sobre el final de “Princesa oriental”, y “Desconfío”, de Pappo, tocada también con guitarra solamente, pero sin micrófono ni amplificadores, en momento de los bises.

Hubo además una linda selección de canciones provenientes de “Azar” (1998) y “Anatomía” (2000), dos hermosos discos llenos de momentos de intimidad que hacía mucho no sonaban en vivo.

El final, como en el disco, fue con “Viejo barrio”, brillante despedida que cerró una noche ideal en La Trastienda.


"Viejo barrio", cierre del disco y del show

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