La visión estereoscópica

La fotografía estereoscópica, antepasada de la visión en 3-D, estuvo muy de moda durante toda la segunda mitad del siglo XIX. Inventado por un inglés, Charles Wheatstone, a finales de la década de 1840, el procedimiento fue comercializado por un francés, el óptico Duboscq, y presentado por primera vez al gran público en la Exposición Universal del Crystal Palace en 1851. La toma de la imagen se efectúa con ayuda de un aparato de doble objetivo, con el que se obtienen dos imágenes de pequeñas dimensiones (de unos 10 x 10 cm cada una) cuyo ángulo de toma difiere ligeramente. Visionadas con ayuda de un aparato especial, el estereoscopio, estas dos imágenes, al combinarse, restituyen la ilusión de relieve y de profundidad.

El entusiasmo es inmediato. Al igual que había sucedido con la carte de visite, la disminución de formato favorece una reducción de los costes y, por tanto, de las tarifas practicadas: el procedimiento se convierte con rapidez en un pasatiempo popular. Relativamente económica, la visión estereoscópica dio origen a un inmenso mercado, dado que numerosos fotógrafos y editores se especializaron en esta técnica: Duboscq et Soleil, Gaudin, Ferrier o Braun, en Francia, Anthony, en Estados Unidos, Negretti and Zambra o la London Stereoscopic Company, en Inglaterra... Los sujetos a los que se da preferencia son las escenas de género posadas en estudio, los desnudos, a veces licenciosos, las escenas llamadas "instantáneas», posibles gracias a la disminución del formato y, sobre todo, las vistas topográficas, principal campo de aplicación de la estereoscopia, el antepasado de la tarjeta postal, que no aparecerá hasta 1890.

Desde su aparición en el Crystal Palace en 1851, la estereosecopía suscita un gran entusiasmo. Se cuenta que el óptico Duboseq presentó a la reina Victoria un aparato y varias imágenes, entre las que posiblemente figuró esta vista interior del Crystal Palaee, realizada sobre daguerrotipo durante el acondicionamiento de la exposición (superior). Tres años después, la London Stereoseopic Company, recientemente creada, tenía como eslogan "Ni un hogar sin estereoseopio" y, dos años más tarde, ofrecía en su catálogo más de diez mil vistas. La estereoseopía será objeto de numerosos avatares a todo lo largo del siglo, y dará origen a un mercado colosal, tanto de las imágenes como de los aparatos y los visores de todo tipo.

La invención de la fotografía. La imagen revelada, de Quentin Bajac.

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