La vida nueva


"En uno de aquellos viajes de autobús, cada vez que lo recordaba se me aparecía multicolor como un sueño paradisíaco, vi que la frente y las mejillas de Canan estaban cubiertas de sudor y que tenía el pelo pegado porque la calefacción del autobús se había encendido de manera inesperada, y mientras le secaba cuidadosamente las gotas de sudor de su frente con un pañuelo con motivos de cerámica que había comprado en Kutahya, noté en la cara de mi amada -con la ayuda de la luz violeta de una gasolinera que por un momento cayó sobre nosotros- una expresión de felicidad y sorpresa intensas a pesar de que se encontraba en el reino de los sueños. Luego, cuando nos detuvimos en un restaurante, Canan estaba muy contenta mientras tomaba vaso tras vaso de té con su vestido estampado del Sumerbank empapado por el sudor y me contó sonriendo que había soñado que su padre la besaba en la frente pero que después había comprendido que aquel hombre no era su padre sino el mensajero de un país hecho con luz. Tras sonreír, como hacía la mayor parte de las veces que sonreía, Canan se recogió el pelo detrás de las orejas con el suave movimiento de la mano y, como siempre, un pedazo de mi mente, de mi corazón, de mi alma, se fundió y desapareció en la noche oscura."

La vida nueva (1994), de Orhan Pamuk, premio Nobel de Literatura 2006.

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