Tema que abre el nuevo disco de Robyn Hitchcock, The man upstairs, cover de los Psychedelic Furs de 1984. Acá, ambas versiones.
El escritor brindará una serie de charlas y conferencias en Málaga, Galicia y Madrid. Además, presentará su último libro, El trasno de Espenuca, con dibujos de Eugenia Limeses y fotografÃas de Emiliano Penelas. Aquà el cronograma.
Lunes 29 de septiembre
Encuentro con escritores. Lectura de poemas en Ateneo de Málaga.
Visita Casa Natal de Pablo Picasso.
Visita a la Fundación MarÃa Zambrano.
Jueves 2 de octubre, 19:30 horas
"La creación poética"
Conferencia en la LibrerÃa Couceiro, Plaza Cervantes, Santiago de Compostela.
Viernes 3 de octubre, 20:30 horas.
"RaÃces y poética"
Casa da Cultura del Concello de Vimianzo, A Coruña.
Miércoles 8 de octubre
"Literatura y sociedad"
Salón Azul del Edificio Archivo del Antiguo Reino de Galicia, Betanzos de los Caballeros.
Domingo 12 de octubre
"El aprendizaje del poeta"
Salón de Actos del Ayuntamiento de Navalafuente, Madrid.
Miércoles 22 de octubre
"La poesÃa abre las ventanas"
Instituto de La Cabrera, Madrid.
Lunes 29 de septiembre
Encuentro con escritores. Lectura de poemas en Ateneo de Málaga.
Visita Casa Natal de Pablo Picasso.
Visita a la Fundación MarÃa Zambrano.
Jueves 2 de octubre, 19:30 horas
"La creación poética"
Conferencia en la LibrerÃa Couceiro, Plaza Cervantes, Santiago de Compostela.
Viernes 3 de octubre, 20:30 horas.
"RaÃces y poética"
Casa da Cultura del Concello de Vimianzo, A Coruña.
Miércoles 8 de octubre
"Literatura y sociedad"
Salón Azul del Edificio Archivo del Antiguo Reino de Galicia, Betanzos de los Caballeros.
Domingo 12 de octubre
"El aprendizaje del poeta"
Salón de Actos del Ayuntamiento de Navalafuente, Madrid.
Miércoles 22 de octubre
"La poesÃa abre las ventanas"
Instituto de La Cabrera, Madrid.
En un reporte anterior comentábamos las peripecias para que el Correo Argentino en vez de dejarte en tu casa un aviso de visita para recoger un paquete dejaba un aviso de visita para que busques el aviso de visita para recoger el paquete. Pero eso no es todo, porque aún queda ir a buscar el bendito envÃo, aquà donde el correo no va a tu casa sino vos al correo.
Una vez recibido el lindo aviso hay que completar los formularios de la AFIP: declaración jurada y pago del VEP (Volante electrónico de pago) por el 50% de la compra hecha en el exterior, incluyendo gastos de envÃo. Jamás entenderemos porqué además del valor del objeto que se importa también pagamos impuestos sobre el servicio que implica transportarlo al paÃs, pero se paga. Estos trámites no son sencillos, no están explicados paso a paso en la web de la AFIP y no siempre salen de una vez, porque el sistema es adicto a colgarse en reiteradas ocasiones.
Si superamos todo eso deberemos imprimir la DDJJ y el comprobante de pago del VEP, y presentarnos con toda la documentación, más DNI o autorización en caso de hacer el trámite para un tercero, en las oficias de la aduana del correo, frente a la terminal de ómnibus de Retiro (por suerte cerraron la dependencia junto al Aeropuerto de Ezeiza).
AllÃ, desde este año, el correo se encarga de cobrarte $40 por "acceso a la aduana" y eventualmente $8 por dÃa extra en caso de dejar pasar más de cuatro desde recibido el aviso (eran $25 y $5 inicialmente, pero la inflación aquà aumentó más que la oficialmente notificada por el INDEC). No sabemos por qué se cobra esto, pero se paga, y es la primera de las muchas colas que hay que hacer.
Con el talón del aviso se pasa a la "sala de más espera" donde a través de unos televisores (buena tarea de la tecnologÃa, hasta no hace mucho era un hombre con micrófono anunciando números como en el bingo) uno sigue la suerte de su pedido. Aquà la operación pude demorar un par de horas si somos afortunados, o más de cinco como nos ha tocado en otras ocasiones. Y hasta seis, viendo escenas de violencia contenida de parte del paciente público, hordas de seres humanos esperando por sus tremendas importaciones de 20, 30 o 40 dólares, envÃo incluido.
Una vez nuestro número es anunciado por los monitores pasamos a realizar una nueva cola, en el interior mismo de la aduana, a la espera de que un oficial toma nuestro paquete y nos conduzca a un mostrador para abrirlo con un cuter y examinar todo el contenido de la compra mientras observa nuestra DDJJ y comprobante de pago del correspondiente impuesto a la exportación realizada. Último paquete: U$S 23,99 envÃo incluido.
Este buen hombre nos recuerda, además, que al ser el segundo envÃo solicitado en el año, ya no podremos traer más cosas al paÃs. Son sólo dos veces al año las que nos hacen el favor de acudir a este antro. En caso de recibir otro paquete, la mercaderÃa será devuelta al origen sin derecho al pataleo.
Si todo está en condiciones (y allÃ, después de horas de espera, nos corre la gota gorda esperando que haya una coma que rechace nuestra solicitud e irnos con las manos vacÃas) el hombre nos dará nuestro paquete y nos dirigiremos hacia la salida, donde antes deberemos aguardar un poco más a que un funcionario del correo coloque el marbete final de lo que fue alguna vez nuestro paquete destrozado en una planilla que llevará nuevamente firma, aclaración y datos personales. Fin de la odisea, unas tres horas y media después de haber entrado (excelente tiempo).
Una vez recibido el lindo aviso hay que completar los formularios de la AFIP: declaración jurada y pago del VEP (Volante electrónico de pago) por el 50% de la compra hecha en el exterior, incluyendo gastos de envÃo. Jamás entenderemos porqué además del valor del objeto que se importa también pagamos impuestos sobre el servicio que implica transportarlo al paÃs, pero se paga. Estos trámites no son sencillos, no están explicados paso a paso en la web de la AFIP y no siempre salen de una vez, porque el sistema es adicto a colgarse en reiteradas ocasiones.
Si superamos todo eso deberemos imprimir la DDJJ y el comprobante de pago del VEP, y presentarnos con toda la documentación, más DNI o autorización en caso de hacer el trámite para un tercero, en las oficias de la aduana del correo, frente a la terminal de ómnibus de Retiro (por suerte cerraron la dependencia junto al Aeropuerto de Ezeiza).
AllÃ, desde este año, el correo se encarga de cobrarte $40 por "acceso a la aduana" y eventualmente $8 por dÃa extra en caso de dejar pasar más de cuatro desde recibido el aviso (eran $25 y $5 inicialmente, pero la inflación aquà aumentó más que la oficialmente notificada por el INDEC). No sabemos por qué se cobra esto, pero se paga, y es la primera de las muchas colas que hay que hacer.
Con el talón del aviso se pasa a la "sala de más espera" donde a través de unos televisores (buena tarea de la tecnologÃa, hasta no hace mucho era un hombre con micrófono anunciando números como en el bingo) uno sigue la suerte de su pedido. Aquà la operación pude demorar un par de horas si somos afortunados, o más de cinco como nos ha tocado en otras ocasiones. Y hasta seis, viendo escenas de violencia contenida de parte del paciente público, hordas de seres humanos esperando por sus tremendas importaciones de 20, 30 o 40 dólares, envÃo incluido.
Una vez nuestro número es anunciado por los monitores pasamos a realizar una nueva cola, en el interior mismo de la aduana, a la espera de que un oficial toma nuestro paquete y nos conduzca a un mostrador para abrirlo con un cuter y examinar todo el contenido de la compra mientras observa nuestra DDJJ y comprobante de pago del correspondiente impuesto a la exportación realizada. Último paquete: U$S 23,99 envÃo incluido.
Este buen hombre nos recuerda, además, que al ser el segundo envÃo solicitado en el año, ya no podremos traer más cosas al paÃs. Son sólo dos veces al año las que nos hacen el favor de acudir a este antro. En caso de recibir otro paquete, la mercaderÃa será devuelta al origen sin derecho al pataleo.
Si todo está en condiciones (y allÃ, después de horas de espera, nos corre la gota gorda esperando que haya una coma que rechace nuestra solicitud e irnos con las manos vacÃas) el hombre nos dará nuestro paquete y nos dirigiremos hacia la salida, donde antes deberemos aguardar un poco más a que un funcionario del correo coloque el marbete final de lo que fue alguna vez nuestro paquete destrozado en una planilla que llevará nuevamente firma, aclaración y datos personales. Fin de la odisea, unas tres horas y media después de haber entrado (excelente tiempo).
Que el Correo Argentino cada vez funciona peor ya no es noticia, pero lo que sà es interesante es que nunca deja de sorprender que todo puede desmejorar aún más.
Primero, dejan un aviso de visita en mi casa (donde siempre hay gente y encargado para recibir correspondencia) para que vaya a una sucursal a buscar ¡otro aviso de visita! Con ese segundo aviso, ahà si, a comerse al menos cuatro o cinco horas de espera en el pandemonium de las oficinas aduaneras de la institución, detrás de Retiro.
Luego, como Correo Argentino vaya a saber por qué le cambia el código internacional que trae el paquete es imposible saber qué es, su procedencia y cualquier otro de los miles de datos que pide la AFIP para pagar por ese paquetito de entre 25 y 40 dólares (envÃo incluido) que goza el tratamiento especial de "importación" como si fuera un container de merca esperando en el puerto.
Por supuesto que hay forma de averiguar cuál era el numerito antes de que fuera el nuevo numerito que le pone el correo vernáculo, pero no es tan sencillo, ya que ni el muchacho bien predispuesto de la sucursar que entrega el aviso de visita del aviso de visita puede solucionar, pero haciendo en dos pasos (con suerte) lo que podrÃa hacerse en uno.
Para eso hay que llamar al número de atención al cliente de Correo Argentino (4891-9191 si tenés la suerte de vivir en Capital o Gran Buenos Aires) y econtrarte con que está siempre saturado. A todo eso hay que sumarle que cuando vas a retirar hay que pagar $40 en concepto "tasa de presentación a la aduana" (?), que dicho sea de paso aumentó más del 60% en lo que va del año, y $8 más a partir del cuarto dÃa hábil de recibido el primer aviso...
Ah, el nuevo lema del Correo Argentino es "10 años abrazando la patria", porque se ve que todo comenzó con la década ganada.
Primero, dejan un aviso de visita en mi casa (donde siempre hay gente y encargado para recibir correspondencia) para que vaya a una sucursal a buscar ¡otro aviso de visita! Con ese segundo aviso, ahà si, a comerse al menos cuatro o cinco horas de espera en el pandemonium de las oficinas aduaneras de la institución, detrás de Retiro.
Luego, como Correo Argentino vaya a saber por qué le cambia el código internacional que trae el paquete es imposible saber qué es, su procedencia y cualquier otro de los miles de datos que pide la AFIP para pagar por ese paquetito de entre 25 y 40 dólares (envÃo incluido) que goza el tratamiento especial de "importación" como si fuera un container de merca esperando en el puerto.
Por supuesto que hay forma de averiguar cuál era el numerito antes de que fuera el nuevo numerito que le pone el correo vernáculo, pero no es tan sencillo, ya que ni el muchacho bien predispuesto de la sucursar que entrega el aviso de visita del aviso de visita puede solucionar, pero haciendo en dos pasos (con suerte) lo que podrÃa hacerse en uno.
Para eso hay que llamar al número de atención al cliente de Correo Argentino (4891-9191 si tenés la suerte de vivir en Capital o Gran Buenos Aires) y econtrarte con que está siempre saturado. A todo eso hay que sumarle que cuando vas a retirar hay que pagar $40 en concepto "tasa de presentación a la aduana" (?), que dicho sea de paso aumentó más del 60% en lo que va del año, y $8 más a partir del cuarto dÃa hábil de recibido el primer aviso...
Ah, el nuevo lema del Correo Argentino es "10 años abrazando la patria", porque se ve que todo comenzó con la década ganada.
Alexander Kluge, fragmento de El contexto de un jardÃn. Discursos sobre las artes, la esfera pública y la tarea de autor.