A pesar de los reclamos y el deseo de la gente, la línea A cerró y los famosos subtes de madera centenarios dejaron de correr por sus vías. Superman, llegado de apuro, tampoco pudo hacer nada por impedirlo.
A pesar de los reclamos y el deseo de la gente, la línea A cerró y los famosos subtes de madera centenarios dejaron de correr por sus vías. Superman, llegado de apuro, tampoco pudo hacer nada por impedirlo.
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