Cat Power (seudónimo musical de la bella Chan Marshall) tocó por tercera vez en Buenos Aires. Luego del mítico show de 2001 en el Margarita Xirgu, el del sábado en el Coliseo superó con creces al del año pasado en el Gran Rex. La tormenta seguramente hizo su parte.



Es increíble lo que hace estremecerse a uno esta mujer, y cómo logra que un teatro lleno de punta a punta como el Coliseo quede en silencio sepulcral entre tema y tema, como no queriendo romper esa ceremonia que propone desde el escenario nuestra amada Chan Marshall, más conocida como Cat Power.

Sorprendió esta nueva visita, a menos de un año de su recital en el Gran Rex. Poca difusión, pero un público fiel, quizás hagan que esta norteamericana le tome cariño a Buenos Aires, donde se presentó por tercera vez.



Para mi sigue siendo inigualable aquella en que sólo con su guitarrita (y el piano, de vez en cuando) ante no más de doscientas personas, tocó en el Margarita Xirgu, en 2001. Sin embargo, hay que reconocer que nunca defrauda, y que esta vez fue muy superior a la del año pasado.

Recorriendo los pasos de "Jukebox", su último disco, con perlitas de "The covers record" y algún clásico como "Fortunate son" en una versión implacable, Chan demostró que si bien su repertorio se nutrió de temas de otros las versiones, el tono y la intención son todas suyas.

La anécdota del recital será la ausencia de su baterista, que por una indisposición debió quedarse en el hotel y fue reemplazado por el "plomo" sólo en un par de temas. Y la lluvia, que afuera seguía cayendo de manera imparable sobre Buenos Aires. Pero al final nada importó demasiado, sólo esperar que nuestra amiga Verónica vuelva a anunciarnos que vuelve Cat... y allí estaremos.

Emiliano Penelas