Personal Fest 2008: REM hizo la luz

El grupo de Athens, Georgia, cerró de manera magistral una muy buena edición del Personal Fest 2008, que tuvo momentos altos como las presentaciones de Mars Volta, Spiritualized, !!! y Kaiser Chiefs, y algunas decepciones como Jesus & Mary Chains y Offspring.

Michael Stipe, puro carisma al frente de R.E.M.

Pasaron dos días de rock donde se mezclaron la vanguardia, nuevas bandas, históricos, reaparecidos y remanidos. Primero habrá que decir que la edición 2008 del Personal Fest, más concentrado en sus opciones, fue muy superior a la del año pasado. Pero vayamos por partes.

El viernes comenzó -al menos para mi- con una muy buena presentación de Massacre en el escenario principal. La banda argentina demuestra cada vez más que está preparada para estos grandes shows, que domina el escenario y que, confiada en la magnificencia de su último CD, "El mamut", tiene una base sólida que le permite viajar en el tiempo hacia otros discos.

Nic Offer, showman de !!!

La puntualidad fue una de las mejores características de esta edición, y ni bien terminaba el último besito de Wallas a sus fans, comenzaban en el tablado de enfrente los !!! (pronúnciese chk chk chk), con un set divertido y contagioso, gracias a sus bases funkys, algo de beats y una propuesta bailable que transmitían con muchísimo carisma sus cantantes: un muchachito alegre y simpático vestido con alpargatas, short (con la raya de atrás totalmente descocida y el culo al aire) y remera de Papá Noel y una negra de sombrero y enterito como recién salida de la cocina donde estuvo amasando las pastas toda la mañana.

Bajaba el sol y fue una linda hora en la que los !!! tocaron un racimo de temas casi ininterrumpidos. La gente aplaudió feliz.

A Jesús y María les pasaron los años

Luego llegó el turno de Jesus & Mary Chains. La banda, separada por más de una década y vuelta a juntar, era una de las más esperadas del festival, a ver qué tenían para mostrar. Y la verdad que fue poco, pobre y apático. Sin decir una palabra al público, casi sin transmitir nada, el concierto fue un frío pasar por viejos temas, hits de baja difusión y una evidencia del paso del tiempo que no les cayó para nada bien. Fue la gran decepción del fin de semana.

Jason Spaceman, alma y vida de Spiritualized

La contracara fue Spiritualized. Formados en semicírculo, coro gospel incluído, el set comenzó rabioso y luego se fue "pacificando" para entrar en un clima intimista a pesar de las miles de personas que ya a esa altura estaban en el Club Ciudad. Una performance impecable, guitarras sonoras, voces claras, increíble lo que lograron estos muchachos que un par de días antes se habían presentado en La Trastienda por las suyas.

Dexter Holland, líder de The Offspring

El cierre de la noche llegó con The Offspring. La banda californiana, que poco de novedoso tiene para ofrecer, dio un recital estandar, sin alejarse de sus clásicos por todos conocidos, pero abusando de las pistas pregrabadas (¿costaba mucho traer un tecladista, o dos chicas para hacerles los coros?) y sonando realmente mal. Los pogos, favorecidos porque el viernes no fue tanto el público, fueron igual agradecidos por la gente, aunque el grupo poco hizo por calentar un poco más la noche.

Día 2

El sábado fue sin dudas EL día del Personal Fest. Notoriamente, desde muy temprano comenzó a verse que la cantidad de asistentes sería muy superior a la de la jornada previa, y ya con el sol arriba en el concierto de Mars Volta, eran muchísimos los que se agolpaban frente al escenario paralelo.

Cedric Bixler Zavala, cantante de The Mars Volta

Los muchachos, parientes lejanos de Zeppelin o The Who, debieron tocar más temprano de lo deseado por cuestiones de agenda (debían viajar a Chile) pero así y todo fue un concierto impactante de una hora de duración en donde se despacharon con prácticamente un solo tema, variaciones sobre el mismo, solos de guitarras, dobles baterías, percusión, extraordinario. Además, el cantante, "Pomelo" Cedric, imitando al personaje de Capusotto, hizo de las suyas en el escenario, regalando un par de gemas de auténtica estrella de rock.

Después llegó Bloc Party, quien enrocó lugares con la banda de los mexicanos. El multiétnico grupo, surgido de Inglaterra, hizo todos los esfuerzos por parecerse a The Cure. De más está decir que no sólo no lo logró, sino que aburrió a todos con un compendio de canciones insoportables.


Caída la noche, quienes sí sorprendieron fueron los Kaiser Chiefs. A través de un cantante que no podía ocultar la felicidad que le producía estar en Buenos Aires tocando para miles de personas, con apenas dos discos editados, la banda sonó realmente muy bien y puso sobre la mesa todo su arsenal hitero, que además resultó pegadizo y contundente. Ideal para esperar el plato fuerte de la noche.

Ricky Wilson, de Kaiser Chiefs

Sobre las 22.10, y tras siete años, volvió a tocar REM en la Argentina. Michael Stipe & cía. fueron sin dudas el cierre perfecto de todo el festival. Increíble en el sonido, gran despliegue escénico y un extraordinario trabajo en en arte que acompañaba a las pantallas, el grupo repasó temas de toda su discografía. No faltaron los grandes éxitos inoxidables ("Loosing my religion", "Man on the moon", "Imitation of life", "Everybody hurts", entre otros) como un par de nuevos del último disco, "Accelerate", y otros "viejitos olvidados" ("Driver 8", "Drive", "Orange Crush").

Buck, Stipe, Scott Mc Caughey y Mike Mills

Tampoco se quedaron afuera del tema político, haciendo explícito su apoyo para Barack Obama en las elecciones presidenciales de su país, ni para rendir tributo a un público entregado a la mística que les llegaba desde el escenario.

R.E.M. fue la demostración de que una banda de estadios, con más de un cuarto de siglo de carrera, puede al mismo tiempo ser innovadora, clásica, contestataria e íntima, como cuando todo se transformó en un pub para que "Nightswimming" o "Let me in" sonaran casi como si las tocaran en un bar. A esa altura, las casi 40.000 personas que colmaban el Club Ciudad enmudecían y pedían que la noche no terminara.

Peter Buck

"It's the end of the world..." anunció el clásico fin del recital, aunque los bises cumplieron con creces más de lo que se esperaba, redondeando casi dos horas de música en donde Stipe, Mills y Buck transmitieron todo el oficio y verdadera alegría de tocar. Ojalá las palabras del pelado, deseando regresar pronto, se cumplan.

Emiliano Penelas

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